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La estimulación sensorial y cognitiva es fundamental en los primeros años de vida y el verano es una época propicia para ello.

Son meses centrados en el esparcimiento, la diversión, dejar a un lado las rutinas y descansar.

Buscaremos actividades al aire libre siempre que sea posible, y centradas en nuevas experiencias, conocer nuevos lugares, nuevos paisajes… la playa o el río son lugares que aportan nuevos estímulos, a la vez que transmiten relajación y favorecen el descanso.

Junto a las actividades de exterior, en casa buscaremos juegos fáciles, con materiales sencillos y atractivos para el bebé. Un juego muy sencillo es la búsqueda del tesoro, escondiendo cualquier objeto o juguete en casa y animando al bebé a participar en su búsqueda. Siempre podemos optar por manualidades con objetos reciclados, animando al bebé a colorear y experimentar con texturas. Los juegos con hielo aportan nuevas sensaciones debido a sus cualidades, se pueden congelar objetos como flores y hojas para esperar los resultados, también podemos utilizar colorantes alimenticios y globos para disfrutar de hielos de colores, dejarlos derretir, etc.

¡Os animamos a que probéis cualquier actividad que se os ocurra y compartáis la experiencia con nosotros!